El sábado 01 de febrero de 2025, nuestro Museo participó en la minga de limpieza del cementerio parroquial de Castro junto a la Municipalidad y la Parroquia San Francisco de Castro. En la oportunidad se dió a conocer antecedentes históricos que aclaran el “mito urbano” de la tumba de Charles Richards, señalado como un “pirata” sepultado en el cementerio parroquial de Castro.

Junto con realizar una limpieza de tumba de Richards, el Director de nuestro Museo, profesor Felipe Montiel Vera, dio a conocer el resultado de una investigación que comenzó gracias al trabajo investigativo de Lysander Wiering, viajero y documentalista de origen holandés, quien en su estadía en la ciudad de Castro el año 2022, quedó intrigado con la tumba de Charles Richards, el supuesto “pirata” sepultado con una llamativa placa de hierro en el cementerio de la ciudad. De regreso a Europa, continuó investigando sobre la familia y posibles descendientes de Richards. Así contactó en Inglaterra a Mary Willet, bisnieta de Charles Richards y Marie Ada Coad. Afortunadamente la señora Willet, posee una serie de cartas que Marie Ada Coad le envío a su hermana durante su estadía en Chile, las cuales las tradujo al español y las envío al Museo Municipal de Castro para darlas a conocer y aclarar el misterio de la tumba del “pirata” que nunca fue, por lo que hoy estamos haciendo justicia con esta cruda, pero también hermosa historia familiar. 

Charles Richards, nació en Dartmouth, localidad del Suroeste de Inglaterra, situada en el condado de Devon, en 1856. Richards, provenía de una familia fabricante de textiles que con el tiempo quebró. Por tal razón, debió buscar nuevas oportunidades de trabajo, por lo cual viajó a Tasmanía, en 1876 a la edad de 20 años. Luego regresa a Inglaterra en 1878 con planes de instalarse en Chile. En ese momento le pide matrimonio a Marie Ada Coad, cuyos padres eran dueños de una tienda de venta de telas, por lo que existía una conexión entre ambas familias.

Ambos se encuentran en Concepción en 1881 donde se casan, iniciando una  nueva vida en Copiapó y Osorno. La salud de Richards era frágil; buscando sanidad llegó a Castro junto a su esposa e hijos. Sin embargo, el 3 de septiembre de 1888 falleció, siendo sepultado en el cementerio de la ciudad de Castro.

Para que la memoria de Richards perdurara en el tiempo, Marie Ada Coad junto a un amigo de la familia, encargó una placa de hierro fundido a Valparaíso, siendo instalada sobre su sepultura, la cual el Museo Municipal de Castro a resguardado y preservado.

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